CAMINO A LA DISTOPÍA





Leyes que lesionan la libertad de acceso a la información impartidas por el gobierno de Estados Unidos, reacciones de los internautas, de los ciber surffer, y por supuesto, reacciones de la cantidad de usuarios a nivel mundial. Una cantidad de voces (bits y direcciones IP) pendientes del suceso. Se habla de caos, de la WWW (World War Web) del fin de la era de la comunicación, al menos como la conocemos. Un tono apocalíptico que envuelve a un dictamen del gobierno estadounidense quien, en pro de la defensa de los derechos y propiedades intelectuales busca eliminar la piratería. Si los músicos, los autores de libros, los artistas, etc. fueran quienes ganaran su dinero por la publicación de sus diferentes obras, diríamos que estaría bien, pero son las grandes industrias quienes llenan sus arcas con el dinero que las personas invierten en la compra de tales productos.

Recuerdo, con especial agrado, una conferencia en la BBLA sobre derechos de autor y ley antipiratería (a propósito de la llamada Ley Vargas Lleras) en la que un afamado escritor colombiano mencionaba que él tan sólo ganaba el 15 o 20% de las regalías que la venta de su obra producía, motivo por el cual no le molestaba ver la copia de su obra en cada esquina del centro de la ciudad. Es más, confesó sentirse pletórico de dicha al ver padres con sus hijos negociando su libro... piateado. Finalmente su interés, además del obvio interés por ganar algún dinero, era ser leído, que las personas conocieran su mensaje.

También se habla de la moneda de la tecnofilia y la tecnofobia, de ciberantropología (1) e incluso de historiografía del futuro para dar cuenta de las nuevas dinámicas a las que se ve abocado el ser humano contemporáneo, ya no digamos moderno.
Precisamente, con el advenimiento de la modernidad y del modernismo, los teóricos de la escuela de Frankfurt desarrollaron críticas agudas entorno a la sociedad de la información, en las que se plantea la necesidad de un empoderamiento, de un aprendizaje y aprehendizaje de la nueva sociedad, de una sociedad celéricamente informada, cuyas prácticas cambian al ritmo de la tecnología. A este tipo de sociedad, por ejemplo, el pensador Italiano Gianni Vattimo le ofrece el remoquete de sociedad <<posmoderna>> como una oportunidad de un nuevo modo de ser humanos. (2) Finalmente hablamos de un nuevo ser humano cuyas prácticas (sociales, económica y culturales) (3) se transforman con cada cambio de la tecnología.

Las visiones, unas apocalípticas y otras progresistas, sobre el fututo de la era de la información y de las telecomunicaciones existen a granel. Nicolás Negroponte en su libro El mundo digital aboga por un nuevo ensamblaje de los signos por parte de los seres. El español Javier Echeverría ha denominado a esta “nueva época” como el tercer entorno, plasmando, de manera objetiva cómo y cuáles serán (son) los cambios que suscitan la tecnología en las prácticas cotidianas del ser humano. (4) Un tanto más futurista y apocalíptica fue la visión planteada por Francis Fukuyama en El fin del Hombre, libro en el cual procura demostrar lo que en su momento Huxley profetizó como el camino hacia un Mundo Feliz, la intrínseca relación que tendrán hombre y tecnología.

El cine y la literatura tampoco han sido ajenos a esta posición sobre el futuro. El surgimiento del cyberpunk en las postrimerías del siglo XX es testigo de ello. Esta tendencia surge como simbiosis de lo cyber referencia directa al mundo cibernético o robotizado y el punk, no como género musical, sino como sinónimo de caos, creándose así una distopía. Pues bien, la sociedad descrita por el cyberpunk generalmente es una sociedad en la que prima la tecnologización de la vida.
La publicación de Do androids dream of electric sheep? por parte de Philip K. Dick en 1968 y Neuromancer de William Gibson en 1984, constituyen dos piezas capitales en tanto reflexiones y posturas sobre el futuro. No podemos dejar de mencionar Un mundo feliz de Aldous Huxley, publicada por primera vez en 1932 y quizá la primera pieza profética sobre éste asunto.

El cine quizá ha sido más prolijo en este caso. Películas como Metrópolis, del alemán Fritz Lang, Blade Runner del estadounidense Ridley Scott, Videodrome y eXistenZ del canadiense David Cronenberg, sin mencionar las taquilleras Terminator, I´m Robot e Inteligencia Artificial y la maravillosa trilogía Matrix, además de las animadas y siempre impresionantes Akira y Ghost in the Shell constituyen sólo una parte de la inmensa gama de films existentes sobre esta temática. La película más reveladora sobre esta sociedad, para mí, es THX 1138 de George Lucas. Magnífica obra, pero poco conocida.



En fin, el futuro es hoy, es ya. Los usuarios de internet se rasgan las vestiduras por el cierre de ciertos portales, miran sus bolsillos y les preocupa el dinero que tendrán que invertir en descargar los archivos que deseen, se quedarán sin amigos. Los hackers hacen lo propio, fastidiando los portales oficiales de las instituciones que manejan el negocio. Lo que parece estar surgiendo es un gran síndrome de abstinencia que los adictos al archivo (JPG, MPG, etc.) demuestran. Les han quitado una droga, pero al mismo tiempo nos han restringido la información. Y cada vez será peor. La aparente libertad existente en la red está siendo encarcelada y de a poco, lento pero seguro, nos acercamos a la distopía… ¡Amanecerá y veremos!

NOTA: En el siguiente blog pueden encontrar reseñas de las pelícuals mencionadas y otras más
http://almassucias.blogspot.com/2010/01/el-cyberpunk-en-el-cine.html
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(1) Términos acuñados por Ramón Rivera Espinoza
http://www.tuobra.unam.mx/publicadas/031101192329.html
(2) Vattimo, G. y otros (….) En torno a la posmodernidad. Ed. Anthropos.
(3) Hablamos del Homo Videns, pensado por G. Sartori en su libro publicado en 1998
(4) Echeverría, J. (1999) Los señores del aire. Ed. Destino S.A. Barcelona

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