Latinoamérica ha sido un continente diferente desde siempre. Fuimos los último en ser "descubiertos" y por lo tanto somo un pueblo con una hisria, digamos, corta, sin querer olvidar la historia de nuestros ancestros. Por ejemplo, en el momento en que José Joanquín Fernández de Lizardi publica su obra "Periquillo Sarniento" considerada por demás como la primera novela latinoamericana, hace cerca de 200 años, en 1816, en Europa ya se publicaban obras de corte barroco, neoclásico, permeadas de la ilñustración precedida en el siglo XVI, es decir, al menos unos tres siglos de ventaja en la producción de letras, arte y cultura. De todas formas, el neo continente fija sus preocupaciones en su propio pueblo, en el devenir de éste frente al mundo, generando una gran reflexión sobre el hecho de ser latinoamericano. Como olvidar tal grado de refelxión en las obras de José Martí, José Asunción Silva, Mariátegui, Rubén Dario, Azuela, César Vallejo, Esteban Echeverría, entre t