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DASEIN

  ¡Y cómo no mirar al espejo! Roto… ¿Sabías que está lleno el rellano de esos pequeños granos de arena que componen tu rostro?   Reflejo…   Es ese espejo el muro de Auster y en los fragmentos y en las hendijas se reconoce la eternidad del recuerdo.   Lo insondable…   La caída, el resquebrajamiento de cada pedazo roto, roto, deshecho tan sólo es el preludio del rastro de arena en las manos… Deshaciéndose…   La brisa pasa y se lleva lo hecho Fragilidad… Siguen las grandes preguntas por el ser y el estar Existencia…   Y de ellas sólo queda un rastro de arena en la nieve, en la playa, en el sol Piedra arrojada…   Memoria.

Moneda al viento

  Moneda al viento   Moneda al viento. La suerte está echada y como suerte y como azar y como nada flota el metal entre los surcos eólicos, bucólicos. Vida, muerte, redención, perdición, suerte, sisma. ¿qué hay acaso en el misterio de girar caer en una sola cara y ello suponga entonces el destino? [Miseria humana].   Cada vuelta, cada giro titubea en sí mismo. fuerza de opuestos que obliga a la verdad… verdad y mentira, luz y sombra, carne de su carne, todo junto y todo suelto gira y gira y el azar, enconado en el espíritu requiere una sola cara, una respuesta, una verdad.   La incertidumbre, danza parabólica entre lo real e imaginario entre el sueño y la pesadilla, entre la risa y el llanto. La suerte está echada Y la moneda ha de girar y girar y girar y caer, Ha de golpear el suelo, quizá con realidad, quizá con ensueño… incertidumbre que destroza, ya tendrás tu fin.    

Hay días donde todo es oscuro

 Hay días donde todo es oscuro. El sol pinta sus trazos con un tono gris, frívolo  y su calor hiela los huesos. La niebla espesa se sitúa en los ojos cansados  de un transeúnte indómito que camina con pesar y el hollín níveo lo obliga a pestañear mientras fija su mirada en un horizonte desgarrador. Los hombros tienden a decaer y la mirada a nublarse. Los pasos lentos denuncian la dificultad para levantar la mirada  y sólo un vaso de agua devuelve el sentido de la vida. En su mente retumba la pregunta de esa dama intangible, banda sonora de su vida... ¿Puedo jugar con la locura? - exclama. Al final, hay días donde todo es oscuro y otros donde no.
ESPERGESIA Yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Todos saben que vivo, que soy malo; y no saben del diciembre de ese enero. Pues yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Hay un vacío en mi aire metafísico que nadie ha de palpar: el claustro de un silencio que habló a flor de fuego. Yo nací un día que Díos estuvo enfermo. Hermano, escucha, escucha... Bueno. Y que no me vaya sin llevar diciembres, sin dejar eneros. Pues yo nací un día que Díos estuvo enfermo. Todos saben que vivo, que mastico... Y no saben por qué en mi verso chirrían, oscuro sinsabor de féretro, luyidos vientos desenroscados de la Esfinge preguntona del Desierto. Todos saben... Y no saben que la luz es tísica, y la Sombra gorda... Y no saben que el Misterio sintetiza... que él es la joroba musical y triste que a distancia denuncia el paso meridiano de las lindes a las Lindes. Yo nací un día que Dios estuvo enfermo, grave. César Vallejo

SOLILOQUIO

SOLILOQUIO I Es increíble cómo, detrás de una pared se esconden flores más las bellas… ¡Ojo! Las flores también se marchitan II Los linderos del corazón son oscuros y tenebrosos. Lo curioso es que entre los corazones Se encuentran las llaves de esos linderos. III Resulta increíble que el exceso de razón dé lugar a la locura… Aún más curioso resulta Que su cura sea la misma razón. IV La respuesta a mis preguntas cuestionan sus respuestas. Al final, juntos estamos abocados al infinito. V La sordera tiene dos situaciones ventajosas… ¿Quién sabe? Por un lado, tu voz interior es más fuerte, por otro, no escuchas tanta idiotez del exterior. VI Este dolor en el corazón puede tener dos razones: Una terrible afección al miocardio o un mal de amores. Igual, la muerte deja ver su rostro. VII ¡No te quites los zapatos! Pueda ser que te acostumbres o que tengas que salir corriendo. Germán A. Rodríguez G.

No entráis jamás!!

“Entrad aquí, sed bienvenidos y medrad todos, nobles caballeros, pues éste es el lugar al que llegan bien las rentas, con las que se puede mantener a millares de vosotros, grandes y chicos. Seréis mis familiares exclusivos: rozagantes, festivos alegres, lindos, en general, todos gentiles compañeros… ” escribió nuestro buen amigo Rabelais. Y su escritura no fue en vano o si acaso inocente, ¡no!, al contrario… su escritura es un dardo impoluto del veneno de la genialidad que nos permite, como seres humanos, invitar al des-conocido, medrar con él, conocerle, increparle, amarlo, incluso.  Nos llama nobles caballeros a aquellos que hemos despertado de las tinieblas, que no soportamos la injusticia ni la maledicencia… aquellos que, de algún modo, somos virtuosos. En suma, Rabelais os habla amigos, porque son ustedes para mí eso, más que eso… son inspiración, reto, alegría, enojo, pero por encima de todo son humanos, quizá, demasiado humanos o como quisiera expresar nuestro autor: MI FAMIL

ALERTA: EDUCACIÓN EN CRISIS

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Ha llegado el tiempo menos esperado por los estudiantes (además de entrar a clases en Enero) La temporada de semana santa (¡vacaciones! le llaman los estudiantes) está precedida por la temporada de exámenes. La semana de pasión es precedida por la semana del terror. Por eso es el momento menos esperado. Sobre ello hablarán estos dardos. Espero herir a alguien. Los sistemas de evaluación de muchas instituciones (no se puede generalizar) por lo general buscan “calificar” o mejor dicho, cuantificar el “conocimiento” del “estudiante” (1) en una cifra, cuando no, en una insignificante letra que, como islote en la parte superior de una hoja “demuestra” que el “estudiante” “aprendió”. Así surgen las siguientes preguntas (ya hechas en su momento) ¿Este tipo de evaluaciones realmente dan cuenta de un proceso real de aprendizaje? ¿Cuál es la finalidad de la nota? ¿Cómo y por qué cuantificar el conocimiento? ¡Es posible encerrarlo en una cifra? ¿Por qué aún se concibe al estudiante como un