NOS VENDIERON LA MOTO (MEJOR DICHO, NOS JODIMOS)


"Yo me llamo... cumbia, yo soy la reina por donde voy" es el recuerdo que tengo en mi mente de esa expresión.
También en la escuerla primaria, cuando la profesora nos preguntaba ¿cómo te llamas? y nosotros, los niños impávidos respondíamos, como si estuvieramos frente a un vampiro, "Yo me llamo tal o cual" y los papás nos enseñaron que nos debíamos
presentar con nombre y apellido. En ese caso, yo me llamo Germán Adolfo Rodríguez Gutiérrez y soy docente de español y literatura, escriba errante y analista miope. Soy un bicho más de los muchos que caminan por allí bajo la lluvia tratando de interpretar lo que sucede a mi alrededor.

Hoy fue un día frío y un poco triste. sólo Helena pudo remediar un poco la ataraxia mental con la que llegaba a mi casa. Me sentía como un zombie, como si nada me inmutara, como si la lluvia en mi rostro fuera tan normal como comer un banano con leche a la hora de la cena. En realidad me setía muerto en vida.
Después de hablar con Helena y revivir de mi mundo zombie, sentí que debía descansar un poco. Era momento de tomar una siesta. Ésta se extendió hasta casi las diez de la noche, por lo que casi sigo hasta el otro día, o sea hasta mañana, mejor dicho, hasta esta hora: 2.33am.

Al despertar de mi sueño diurno-nocturno encendí el televisor, cosa que casi nunca hago, y, con los ojos entreabiertos y los sentidos hipersensibles escuché a un bicho ladrando la expresión "Yo me llamo...Michael Jackson".Juemadre...! el Rey del pop está vivo!!! pensé en mi aturdimiento mental, pero No. Lastimosamente por estos días sólo aparecen sus fotos desnudo sobre la bandeja en la que se le practicó la autopsia. En fin! Entonces, sacudí mi cabeza de un lado a otro, con cuidado de
estropear mis sentidos y me quedé viendo el programa televisivo. ¡qué pérdida de tiempo! Cada que pasaba uno de esos personajes, que imitan a los famosos,
a modo de alter ego barato, me hacía varias preguntas que ya había hecho antes. Varias reflexiones que quizá mucha gente ha pensado, pero que yo, como
no había visto tal descaro, tal aberración, tal ignominia, no había contemplado.

¿Cómo es posible que haya un programa, en horario prime que promueva la imitación antes que la creatividad? Por eso estamos como estamos!!!
¿Cómo es posible que las personas del país del sagrado corazón permirtan ser vapuleados públicamente por "personajes públicos" que se creen "iluminados"?
(no discutiré si saben o no de su ejercicio profesional) Realmente esto me parece una afrenta de la propia dignidad de las personas. Definitivamente prefiero
escuchar a los chicos que se suben en los buses a "freestaliar" con improvisaciones momentáneas sobre lo que ven, dejando al descubierto el verdadero talento.
¿Cómo es posible que haya espectadores que validen este tipo de programas? y menos se me antoja hablar de la competencia del otro canal en el que el mercado del talento (entiéndase también como trabajo) infantil queda a flor de piel. Mejor dicho, estamos jodidos.

En fin. No comprendo porqué nuestra sociedad ha validado este tipo de programas en los que, se participa democráticamente... ah! eso puede ser... en época de elecciones, que mejor que un programa de "participación" ciudadana en el que se valide "lo democrático" ... realmente me da pena!!!

Así pues, me levanto después de ver a Amparo Grisales (es que hasta eso da pena, que esa señora esté juzgando el "talento" de este país) acabando con las "ilusiones" de una persona que apenas si habrá pasado por una universidad y que vió en este programucho la posibilidad de arreglar sus problemas económicos ($500.000.000 son atractivos para cualquiera) o que por simple snob se presentó y ahora puede decir: "!ja! yo conocí a Amparo Grisales" Una vieja que debería estar disfrutando su vejez y no creerse una adolscente ridícula. También me pregunto
¿Cuánto votox no habrá en el cuerpo de esta persona? En fin...! reitero, ¡qué pena!

Recuerdo muy bien la sentencia que Fernando Aranguren, profesor de análisis de medios en la Universidad Distrital, parloteaba todo el tiempo: "Somos lo que vemos" que en realidad es del canadiense Marshall McLuhan. Realmente tenía razón. En los medios de comunicación podemos rastrear, como en un mapa, que tipo de país somos. Después de haber visto esto por un poco más de media hora, treinta minutos,
mis conclusiones al respecto son:

1. La televisión en Colombia no tiene nada de creativa.
2. La televisión en Colombia no promueve la creatividad, ni la crítica y menos aún la cultura, sino la estupidez. Finalmente el pueblo culturizado no le sirve al Estado (véase: Marchas en Colombia)
3. Tenemos un país cuya crisis es tan, pero tan profunda que, las personas hacen cualquier cosa por ganarse la vida o, en su defecto, por aparecer en la misma televisión ridícula y sin sentido a la que ya he hecho mención.
4. Amaparo Grisales es un asco.
5. Colombia es un país absolutamente desigual, por eso la gente valida este tipo de cosas. (No descubrí que el agua moja, pero si no lo digo, me ahogo)
6. Ver este tipo de televisión es la peor pérdida de tiempo antes inventada. En realidad es una apuesta hacia la estupidez.
7. NO ME GUSTA LA TELEVISIÓN...
8. No se trata de convertirse en un ratón de bibioteca, pero si en una rata de la realidad. Las ratas desmenuzan TODO antes de comerlo.
9. Volveré a mis libros.
10. Somos lo que vemos... nada que hacer.

Y frente a la pregunta: ¿Qué hago yo para que esto cambie? Respondo: Escribir textos como este y tratar de difundirlos, hablar con las personas sobre el tema mientras almorzamos (por ejemplo, mis estudiantes) y, sobretodo, NO
PRENDER EL JODIDO TELEVISOR Y SI LO HAGO, NO VER LOS PROGRAMAS COLOMBIANOS. REALMENTE ME DAN VERGUENZA.

Comentarios

SEBUN ha dicho que…
Bacano, bacano saber que no sólo nos unen la sangre o la genética, sino también unas búsquedas ideológicas y estéticas. Pille:
http://elacuariodebelenia.blogspot.com/
Dany-Ella ha dicho que…
Concuerdo contigo, llevo hablando de cosas como esas con muchas personas que dicen aprovechar los medios para informarse y ser más cultos, pero que a la hora después del almuerzo se les ve "invirtiendo" su tiempo (que para mi parecer es muy preciado) en ver novelas colombianas, y no solo con ellos, también con las personas que dejan ver a sus hijos semejantes aberraciones que solo muestran como vulgarizar (si puede decirse) el lenguaje.
Siento pena, ajena, propia... de toda la que pueda sentirse.
Germán ha dicho que…
En realidad este tipo de afanes y de avatares nos hace ver ante la gente como "ñoños" y desequilibrados sociópatas... y por qué no, como hippies...!!! No es que estemos en contra de la televisión (al menos yo) es que queremos televisión de calidad (por ello nos llamarían subversivos... y sí!)

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